lunes, 26 de diciembre de 2016

MICHÈLE CERRÓ LOS OJOS

la actriz Michèle Morgan



Michéle Morgan (29 de febrero de 1920, 20 de diciembre de 2016), cuyo verdadero nombre era Simone Rousell, había nacido con el mar dentro de los ojos. Espectadores, críticos, directores y compañeros de interpretación cayeron rendidos a aquella mirada de azul cristalino que les atravesaba como una flecha. La hija de un empresario de perfumes conoció la fama en 1938 gracias a su interpretación en "El muelle de las brumas", entonces tenía 17 años. "¡Ah!, esa mirada", "Pupilas de la nación", "La Garbo francesa", y otras frases parecidas volaron apresuradas de la pluma de los críticos a los titulares de prensa. 
            Pocos cinéfilos de hoy recuerdan  que Michèle Morgan fue la primera actriz en recibir el premio de interpretación femenina en Cannes por su papel en "La sinfonía pastoral" (1946), adaptación cinematográfica de la novela de André Gide.  
            Con más de 70 películas en su filmografía, una efímera incursión en Hollywood,  y tras haber trabajado bajo las órdenes de uno de sus maridos, el director Gérard Oury, y otros tantos maestros como René Clair, Claude Lelouch o Claude Chabrol, los ojos de océano cambiaron el cine por la paleta de colores. Michèle Morgan dedicaría sus últimos años a la pintura. Al final de su carrera, recibiría el César de honor y el León de Oro por toda su carrera.

            En estos días, sus antiguos compañeros recuerdan su generosidad, su gran modestia y su cariño incondicional hacia el público que la adoraba. Sin embargo, de todas las páginas que le dedicaron los periódicos el 21 de diciembre con motivo de su fallecimiento a los 97 años, me quedo con una frase atribuida a la actriz en su autobiografía "Avec ces yeux-là" ("Allí con estos ojos") y que me llega como una pena antigua, como un dolor del que la actriz se sintió siempre prisionera: "Todos hablaban de la belleza de mi mirada, pocos mencionaron la calidad de mis interpretaciones." 

jueves, 15 de diciembre de 2016

EL PINTOR DE LAS "MANZANAS DE COCINA"

Cesto con manzanas, 1893.


            Se cuenta que cuando le presentaron a Manet le dijo: "Perdone que no le de la mano, Monsieur Manet, pero hace una semana que no me la lavo." Y es que Cézanne, orgulloso de ser provinciano, detestaba profundamente los valores de la sociedad burguesa de París que Édouard Manet representaba en sí mismo. Eran tiempos de abundancia, de ópera, cafés, dandis y cabareteras, donde la caridad era un hobby social, y el arte satisfacía la vanidad de los mecenas. Pero también fue la época de una larga lista de escritores y artistas: Lautréamont , Zola, Verlaine, Rimbaud, Gauguin, Van Gogh o Fantin- Latour, creadores solitarios, algunos suicidas,  depresivos  y misántropos, la mayoría.
            Paul Cézanne procedía de una familia adinerada de origen italiano. Su padre era banquero en la ciudad de Aix-en- Provence (a 30 kilómetros de Marsella) donde nació el pintor en 1839. Paul recibió una esmerada educación humanista. Comenzó a estudiar Derecho, estudios que abandonó para dedicarse a la pintura. En 1861, se traslada a París y en el Louvre pasará horas estudiando a los artistas clásicos. En la Academia Suiza conoce a Pisarro, quien le descubre la pintura al aire libre y los colores vivos, además de introducirle en el Café Guerbois donde contacta con la vanguardia artística, encabezada por "la pandilla de Manet": Guillaumin, Degas, Monet, Sisley, Renoir y Pisarro, entre otros.
            En 1874, Cézanne, participa en la primera exposición colectiva de los impresionistas en el estudio del fotógrafo Nadar, y en 1987 expone en otra colectiva del grupo. Sin embargo, las críticas que recibió su pintura tildada de infantil, tosca y primitiva, provocan que el pintor se aleje para siempre de los circuitos artísticos.
      
Paul Cézanne


      En 1886 contrae matrimonio con su compañera Hortense y se trasladan a vivir durante un tiempo a L'Estaque. Este hombre colérico, depresivo, paranoico y egocéntrico, a quien no le sobraban los amigos, rompe para siempre su relación con su amigo de la infancia, Émile Zola, cuando este publica "La obra" (1889). Novela en la que uno de sus personajes, Claude Lantier, es un pintor que lucha contra el mundo y contra sí mismo para crear una obra genial, pero que en su locura acaba suicidándose.
            En 1900, Cézanne se recluye definitivamente en Aix-en-Provence, su ciudad natal, con el propósito de encontrar su propio camino. Este exilio artístico agudizará su mal carácter a los ojos de sus colegas impresionistas y el público parisino. En su taller, de manera obsesiva y metódica, se vuelca en el estudio de la forma y el color, dos elementos básicos en su pintura. Sus experimentos le llevan a descubrir que "el dibujo y el color no son diferentes. A medida que se pinta se va dibujando." Y cuanto más exacto sea el color de lo que se pinta, con más precisión aparecerá su forma.  Este principio marcará su estilo, y esa búsqueda será incesante y agotadora en unos lienzos que no plasmarán grandes temas, ni buscarán la originalidad. La emoción quedará relegada de su pintura, pues el sentimiento es incompatible con la objetividad. El artista trabajará con ahínco,  sin alegría, buscando la riqueza interior de la naturaleza desde todos sus ángulos. En sus últimos años, un viejo y desaliñado Cézanne, a quien los chicos seguían para tirarle piedras como a un perro, se metía en su atelier para regresar una y otra vez a sus bodegones, a las escenas de bañistas, y a los paisajes de su Provenza natal, siempre con la misma sensación de fracaso por no haber logrado lo que pretendía. En sus cuadros, el pintor descubrirá que la realidad está definida por formas simples, contundentes, geométricas. La naturaleza contiene esferas, pirámides o prismas.


            A raíz de su primera exposición  individual en 1895, organizada por Vollard, ya casi al final de su vida, su obra comenzó a ser valorada. La gran exposición organizada en el Salón d'Automne, en 1907 (un año después de su muerte), fue un revulsivo para las generaciones posteriores. Los jóvenes fauvistas y cubistas, lo considerarían el precursor del arte abstracto contemporáneo. "Cézanne era mi único maestro. Era el padre de todos nosotros", reconoció Picasso.
Bañista con los brazos abiertos, 1877-88


            Dio la casualidad que el poeta Rainer Maria Rilke acudió a aquella exposición póstuma. La obra del pintor le causó tal impresión, que después la visitaría todos los días, y le relataría a su mujer, Clara Westhoff, en diferentes cartas, aspectos sobre la vida y el arte del pintor. En sus Cartas sobre Cézanne escribe: "Cuanta pobreza tienen en él todos sus objetos: las manzanas, son todas manzanas de cocina y las botellas de vino parecen hechas para los bolsillos deformados, agrandados de abrigos viejos."


miércoles, 14 de diciembre de 2016

EL REY DEL TABACO

"El Rey del Tabaco". Ilustración de Yenny Delgado Batista.


"Que de repente, mi padre, sin alterarse ni nada, empezó a mirar el habano muy despacio, con la seguridad de que lo que agarraban sus dedos de la mano derecha más que un cigarro fuera oro, y con la misma calma de antes contestó: ¿Sabes lo que pasa, italiano? (...)."

(El Rey del Tabaco. "Puro Cuento". Ed. Baile del Sol) 




martes, 13 de diciembre de 2016

HABLAR DE MÁS

"Hablar de más". Ilustración Yenny Delgado Batista.


"Pero mi tío no venía solo, agarrado de su brazo sonreía una mulata menuda, con los labios pintados, tan encarnados como la rosa que mi tío llevaba en el saco."

(Hablar de más. "Puro cuento". Ed. Baile del Sol) 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

EXPULSADOS




Hacia adónde iremos, padre, cuando no queden vallas de espinas ni muros que saltar.
La llave que traes de nuestra casa, ¿abrirá otra puerta?
¿Me esperan allí mis amigos?
¿Cuándo llegaremos?  
Pero, ¿adónde vamos, padre?
¡Háblame!
Cómo se llama ese lugar.

COMPAÑEROS DE GUERRA

"Compañeros de guerra". Ilustración de Yenny Delgado Batista



J. ―¿Infierno, dices? Madrid ya es el infierno, Ernest. 

(Fuente: No revelada. Extracto de la conversación que mantuvieron el 23 de abril de 1937 en el Hotel Palace de Madrid, los dos escritores norteamericanos, Ernest Hemingway y John Dos Passos.  Amigos íntimos y simpatizantes de la causa republicana, ambos trabajaron como corresponsales durante la Guerra Civil Española. Su amistad se quebró definitivamente tras la desaparición del amigo y traductor de Dos Passos, José Robles Pazos.)

(Compañeros de guerra, Puro cuento, Ed. Baile del Sol, 2016)

martes, 6 de diciembre de 2016

YO TARZÁN, TÚ STALIN

"Yo Tarzán, Tú Stalin" Ilustración de Yenny Delgado Batista


"Si no hubiera hecho carrera política, probablemente se hubiera dedicado al cine, pero la vida real le dio la oportunidad de interpretar el papel de asesino de masas, y no cabe duda de que Stalin bordó el personaje. (...)"


(Yo Tarzán, tú Stalin. "Puro Cuento". Ed. Baile del Sol, 2016) 

lunes, 5 de diciembre de 2016

LA REVOLUCIÓN

"La revolución" Ilustración de Yenny Delgado Batista

"Carajo, Novelitas, no me diga que las ratas le dan miedo. Yo que pensaba llevárselas a su madre para que le hiciera esta noche caldo -y mirándome, se detuvo en mis viejos pantalones-, pero ya veo que el agua se la echó encima como un niño ruin." 

(La Revolución. "Puro Cuento". Editorial Baile del Sol, 2016)

domingo, 4 de diciembre de 2016

sábado, 3 de diciembre de 2016

RESIGNACIÓN DIVINA

Ilustración de Yenny Delgado Batista




"La luz de una mañana lluviosa apenas atraviesa el cielo. Los árboles del patio de recreo se mecen en una bruma melancólica que siente como propia. Es octubre. Qué puede esperarse de un mes esquinado y viejo como él.
Un solo pensamiento le mortifica desde hace ya un tiempo largo y, ni la oración ni el ayuno han podido disipar de su alma ese cansancio definitivo. (...)"



(Resignación Divina. "Puro Cuento". Ed. Baile del Sol, 2016)

viernes, 2 de diciembre de 2016

EL FORASTERO

Ilustración de Yenny Delgado Batista

"Entre la una y las dos de la madrugada, un reguero de sombras cercó la casa. Las antorchas borrachas de petróleo y fuego cruzaron raudas el cielo sembrado de estrellas. La casa de la cuesta se oía crujir con la furia de la hojarasca seca. Los perros con el miedo enroscado en el rabo ladraban aterrorizados hacia las llamas... (El forastero. Puro Cuento. Ed. Baile del Sol, 2016)



jueves, 1 de diciembre de 2016

SI ME QUIERES ESCRIBIR, YA SABES MI PARADERO









Querida Madre te mando mi retrato para que puedas mirarme de soldado que está luchando para lo que no pueden hacerlo. Tu hijo que te quiere y que te verá bien pronto. 
Julio

Julio Fombel, 1936